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viernes, 19 de noviembre de 2010

Viernes lentos

Los viernes en mi oficina pasan lentos, especialmente entre la una de la tarde y las cinco y media de tarde, hora en la que debo marcar mi salida. Otros días, cuando tengo mucho trabajo la tarde corre, viaja veloz y oscurece tan pronto que de repente no puedo ver con claridad a través de mi ventana.

Por lo general pierdo la concentración, entro al twitter, al facebook, los cierro y me olvido de ellos. Abro una hoja de Word, y se que da en blanco, transcribo y me duermo, leo y no comprendo; mi cabeza está enfocada en el momento de poner mi dedo gordo sobre el reloj digital a las cinco y media.

Así que mis tardes de viernes son interminables, justo ahora, faltan 7 minutos para la hora deseada y siento que los quince minutos restantes se multiplicarán. El clima hoy no me ayuda, cae una lluvia leve, pero no me detendrá en mi carrera por salir de aquí.

Aclaro: amo mi trabajo, no es el que sueño para mi, pero disfruto de los viajes y de escribir sobre ellos, sin embargo, cuando éste día llega, no quiero ni ver el escritorio de la computadora.

Ahora falta menos tiempo, tendre paciencia, marcaré y disfrutaré del hermoso fin de semana… hasta que el ciclo se vuelva a repetir.

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