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miércoles, 1 de junio de 2016

#YodeNiño ahh no Yo de NIÑA :)

Yo de niña era bien mimada, pero más bien creo quera bastante amada jajajajaajaa

Tuve unos patitos que no supe cuidar y los fui enterrando poco a poco, recuerdo que los ponía a nadar dentro de una pila de agua y me encantaba verlos.

Cuando era niña tenía miedo de entrar por las noches a la Escuela donde estudiaba  porque decían que ahí me iba a salir don Santos que era el viejo que la cuidaba y amaneció muerto por infarto. Pero de todos modos entraba cuando no quería que me atraparan mientas jugaba libre.

Cuando mi papa se subía al palo de aguacate, me gustaba mucho ser yo la que esperar a que él los lanzara desde arriba y atraparlos sin dejarlos caer, hasta que se me ponían rojitas las manos.

Tomada de internet

Durante un tiempo mis amigas y yo hicimos de Gloria Trevi y sus coristas, nos poníamos licras con traje de baño y el pelo alborotado, nuestros micrófonos eran bombones. Espero que todas esas fotos se hayan perdido porque la verdad me darían una gran vergüenza ahora jajaajajaja

No tuve promoción de preescolar porque apenas tenía 4 años, vivo resentida con mi mama y mi papa por eso, por lo menos hubieran convencido a la profe que me dejaran hacer la mueca... jejejeje eso fue porque en ese tiempo no dejaban que una entrara a la primaria de 5 años. Total que entré a primer grado de oyente porque ahí estaban todos mis amiguitos y como salí bien en los exámenes y aprendí a leer me matricularon. Tenía una mochila bien linda que decía "Daniel" y llevaba diario mi silla a la escuela, que por cierto me quedaba enfrente. 

Me encantaba hacer las tareas tras que llegaba de clases... 

En segundo grado un chavalito jodido me metió el pie mientras corría y mi barbilla dió con una piedra filosa, así que mi profe Yadira llamó a mi mama y me llevaron al hospital, me sacaron con puntadas y hasta ahora tengo esa cicatriz en mi carita.

Yo era la que me corría de las enfermeras cuando tocaban las jornadas de vacunación, me daban ganas de orinar, de cagar, de llorar, pero bueno si no era en la escuela era en el centro de salud así que tenía que ceder.

La Iglesia Nuestra Señora de Asunción, ahí fue mi primera comunión.

Cuando iba a hacer mi primera comunión tenía que confesarme, pero la verdad no me encontré ningún pecado, así que inventé que le había robado una galleta de la cazoleja que había horneado mi tía Ali. Técnicamente ese se convirtió en un pecado, porque mentí juas, juas, juas, pero el padre era buena onda y pagué mi pecado rezando un Padre Nuestro y dos Ave María.

Al día siguiente hice la primera comunión, me decepcioné mucho, porque en el ensayo nos daban galletitas "Sorbeto" y hasta rezaba con ganas, pero cuando probé la hostia con vino, sentí que Diosito me estaba castigando. Después nos fuimos a comer biscotela y café con leche a la casa de mi abuelita, son las biscotelas más grandes y más ricas que me haya comido de chiquita, o era el hambre porque a la primera comunión una se va en ayunas. 

Después nunca quise hacer la confirmación porque decían que el padre te daba una cachetada... "¿Cómo?" Si ni mi mama y mi papa me pegan ahora el padre. Aparte tenías que volverte monaguillo y estar ahí toda la misa, todos los días... ay no, tanta fe no corría por mi ser. 

En tercer grado mi tarea favorita fue la de Ciencias Naturales cuando tuvimos que hacer el ecosistema y eso significaba ir al río por pescaditos, agua y arena.

Vi algunos eclipses porque en las tejas de la casa habían unos hoyitos y entonces por ahí entraban los rayitos de sol. Era casi mágico poder ver como el sol se obscurecía y volvía a su estado en los ladrillos rojos de la sala de la casa de mis abuelitos. 

Barquito de papel

Y cuando llovía nos dejaban bañarnos en la lluvia o tirarnos en las corrientes que pasaban por la casa, junto a mis primos hacíamos barquitos de papel y los dejábamos ir en el agua. Si la lluvia era suave podíamos seguir el recorrido del barquito hasta por una o dos cuadras, o hasta que se deshacía porque se mojaba todito. Yo pensaba que cuando se unían dos corrientes era como hacer un café con leche, porque de un lado de la calle el agua se mezclaba con tierra negra y del otro con arena y los colores eran diferentes, esa unión me gustaba mucho. 

A veces mis tías o mi mama nos daban té de zacate de limón, en el mojábamos las rosquillas y las dejábamos un rato para contemplar como era que crecían y se ponían gordas. Era tan rico todo cuando llovía... bueno, todo menos el hecho que por cada trueno y relámpago decían que era que "Papa Chú" estaba enojado, y como el invierno era próspero pues uno pensaría que Jesús es un amargado de primera. 

No es que todo haya sido lindo cuando yo era niña, pero recuerdo eso que me hizo feliz, solo porque es todo lo que ha valido la pena y porque no quisiera que se me olvidara.