Páginas

miércoles, 2 de junio de 2010

Amistad entre mujeres

¿Has pensado sobre la amistad entre mujeres? Yo sí. Desde pequeña con mis primeros desencantos del amor de amiga, comencé un proceso de reflexión sobre mi amistad con otras mujeres y nacieron muchas preguntas. Poco he compartido con mis amigas estas impresiones y nunca he profundizado tanto como quisiera, tal vez aquí no lo haga pero planteo el asunto.

Para mi una amiga es una relación de compañía en un momento determinado o indeterminado (esas son situaciones particulares), que va estar físicamente conmigo cuando puede (bien dicen querer es poder), que no tiene que conocerme bien, gustarle lo que me gusta, tampoco tiene que pensar o decidir por mi; se divierte con migo, llora conmigo, pero no se ahoga en mi tristeza porque es un ser individual.

Pero esta relación se ve intervenida por nuestros aprendizajes en la niñez: consejos, experiencias de nuestras madres y padres, hermanas, hermanos, mandatos específicos para mujeres. Con esto crecemos al tiempo que vamos forjando relaciones de amistad con otras mujeres, viviendo nuestras propias experiencias y sacando conclusiones de lo que una amiga es.

¿Racionalizamos estas experiencias? Yo pienso que no. A menudo corremos el riesgo de generalizar a las amigas por comportamientos que hemos visto en otras mujeres: chismosas, infieles, traicioneras, ofrecidas; son solo algunos comentarios que he escuchado que hacen mujeres sobre otras mujeres. El crecer con estas concepciones nos hace vivir relaciones de amistad temerosas, basadas en la desconfianza en la otra impidiendo que disfrutemos de la compañía mutua.

He observado, que idealizamos a la amiga, deseando que su comportamiento se ajuste a nuestros deseos y expectativas. Esperamos que sea leal, coherente… y todo lo que a modo particular consideremos deba ser para nosotras. Entonces entramos en conflictos cuando no es así. Cuando nuestra amiga “nos defrauda” porque se enamoró de nuestro novio, cuando expresa una idea y actúa de otra, cuando me lleva la contraria.
Exigir comportamientos a nuestras amigas lleva al deterioro y rompimiento de las relaciones entre nosotras. Por ende, al duelo, porque la mujer que conocimos no es la misma. Se siente un dolor profundo, te decepcionás, quien es ella ahora que no es tu amiga, entristecés. Luego, en el camino aparecen otras mujeres que son iguales o diferentes a vos o a tus amigas, y en la medida que vas comprendiendo que no hay que esperar nada de ellas solo disfrutar lo que ellas te puedan dar.

Alguna de estas situaciones me ha sucedido, me ha enojado, pero he aprehendido en el camino que la amistad te da el pleno derecho a diferir y observar, reclamar cuando algo no te parece y comprender; y que la mejor manera de no defraudarse es no esperar de mi amiga lo que yo desee, pues la amistad no puede estar basada en exigencias.

No hay comentarios: