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| Tomado de www.lacachica.com |
Mi nombre es Luz Adilia Inés. Me llamo así porque mi papá
quería que me llamara como mi mamá (Luz Adilia) y mi mamá quería que me llamara
como mi abuela materna (Inés), de modo que para juntar deseos armaron un solo
paquete y todo el mundo en paz… menos yo.
No recuerdo que de niña me hayan llamado por estos
nombres. De hecho, me llamaban “Lucita” y conforme fui creciendo esto se
convirtió en Lucy. Y yo me empecé a sentir como Lucy y no como Luz Adilia Inés.
En la secundaria y en la universidad pensaba que Soy
Lucy, en mi familia, Soy Lucy; en el trabajo, Soy Lucy - por cierto, aquí fue donde me dijeron: "La que tiene tres nombres, pero usa el cuarto"-.
Algunas personas dicen que es un nombre bonito. Otras que
es un nombre “de jubilada”, o sea de viejita. Y muchas se sorprenden de saber
que ese es mi nombre, sonríen y preguntan: ¿En serio? Entiendo que es normal, sí
siempre he dicho “Soy Lucy” o “Me llamo Lucy”.
En este mundo, solo hay una persona que me llama Luz
Adilia Inés, con naturalidad y mucha elegancia. Es mi tía María Elba, la mayor
de todas las hijas y lo hijos de mi abuelita materna. Se le nota que me quiere.
:D
Las pocas veces que he cuestionado el nombre que me
pusieron, mi mamá y mi papá se resintieron conmigo, no tanto, pero fue como si
les dijera que algo que habían hecho por amor a mí no me hacía feliz. Bueno, con
eso aprendí que el amor de tu mama y de tu papa no siempre les lleva a tomar
las decisiones acertadas. Agradezco sin embargo que es decisión haya incluido
esos sentimientos por esas personas.
Yo pienso sin embargo que podemos decidir cómo queremos
llamarnos y que nos llamen, y no necesariamente dejar de honrar el que ya nos
han asignado; podemos construir el significado de nuestro nombre asignado o el
nombre que elegimos para nosotras en base a quienes somos o como queremos que
nos recuerden.
¿Y vos, estás
contenta con tu nombre?
