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lunes, 4 de abril de 2016

Los chistes sobre refugiados son inaceptables

Dibujo realizado por una niña refugiada. Título: "Familia Refugiada". Foto AP
El otro día venía en la ruta escuchando Radio Maranatha, eran como las siete de la mañana, el bus bajaba la cuesta de plomo, dos locutoras se tiraban carcajadas con una tanda de chistes sin gracias.

A decir verdad siempre he pensado en las radios cristianas como una tanda de prédicas de por qué me voy a quemar en el marmol del infierno y por eso ni me imaginaba que la radio, era la radio, ya saben pues, una y sus limitaciones de imaginación.

Tomada de Internet


Entonces aparece un chiste que me molestó profundamente y me sorprendió. El chiste decía algo así, no tan literal porque no me acuerdo bien, pero en esencia era esto:

Va el papá con el niño a tirarse al mar y el niño le dice
- Papá, papá yo no quiero ir a vivir a Europa
El papá le da un galletazo y le dice
-Apurate chavalo que si no nadás nos vamos a ahogar
Acto seguido: carcajadas.

Otra vez mi mente limitada asocia: radio cristiana+ yisus lover = no me río de la desgracia ajena. PERO NO!

No saben lo que me dio ese día, y no sé porque le he dado vueltas para vomitar mi enojo hasta hoy. Los chistes sobre las personas refugiadas son inadmisibles para mí, y no es falta de buen humor, pero las personas refugiadas están pasando momentos muy malos, me parece que hacer chistes de refugiados nos deshumaniza poco a poco. Lejos de contribuir a la comprensión de su situación la vamos banalizando.

Tomada de Internet

Se imaginan, con la cantidad de niñas y niños que se han desplazado desde sus hogares porque no son seguros, la cantidad de niñas y niños que en estos momentos carecen alimentos, abrigo, y que se han separado de sus mascotas, sus amistades, su profesoras, su vida entera quedó atrás... viene una radio y se tira un chiste de esos. Y con todo el esfuerzo que madres y padres ponen para hacer esta travesía, aparte de la angustia de llegar a tu meta manteniendo la vida de tus hijos a salvo.

A propósito de la muerte de Aylan Kurdi, el niñito que apareció muerto por sumersión en una costa, leí en Internet esta frase:

"Ningún padre manda a su hijo al mar, a menos que la tierra no sea segura"

Entonces, yo les digo, locutoras de Radio Maranatha y a otros comediantes de Nicaragua, piésenla bien antes de hacer chistes baratos que contribuyan a banalizar la situación de otras personas. Busquemos mejores maneras de entretener. No perdamos el foco, estamos lejos de ese conflicto que es difícil de resolver, pero al menos un poco de empatía no nos hará daño.

Aquí les comparto les comaparto la historia de Malak, una niña de 7 años. No sé, véanlo y luego pregúntense si vale la pena reírse de eso.






1 comentario:

Unknown dijo...

Muy de acuerdo con vos Lucy! No podemos hacer mofa del dolor ajeno, lo que debemos hacer es apoyarlos y como dese aquí no podemos hace nada, por lo menos solidarizarnos y respetar su dolor!